Existe la opinión de que, para aprender realmente a hablar ruso, hay que sumergirse en él. Dirán que para ello hay que ir a vivir a un país de habla rusa, pero no es necesario en absoluto. La práctica demuestra que con un enfoque adecuado del aprendizaje del ruso se pueden conseguir muy buenos resultados en un periodo de tiempo relativamente corto, sólo hay que sumergirse por completo en él.
En general, una lengua se divide en tres partes principales. Hay que hablar, comprender y, por supuesto, leer. Es la mejor manera de aprender un idioma de forma eficiente trabajando duro en cada uno de los tres componentes.
Siempre hay que empezar a aprender ruso escuchando a hablantes nativos durante mucho tiempo. No temas que al principio no lo entiendas todo; sigue escuchando poco a poco y acostúmbrate a los sonidos y las entonaciones. Intenta repetir las frases que escuchas imitando a los hablantes nativos. Por último, vea películas y series de televisión, tratando de oír y entender lo que sucede, y escuche audiolibros y programas de radio.
Intenta también leer más textos en ruso. Elige revistas y libros que te interesen. Deberás leer kilómetros y kilómetros de líneas y páginas en el idioma que estás estudiando. Aquí sólo hay una regla: leer mucho y disfrutar.
Otro punto muy importante sobre la gramática rusa es tratar de entenderla y aceptarla como es. Intente no sólo memorizar las reglas, sino recordar en qué situaciones es necesario aplicar una estructura gramatical. De hecho, “hazte amigo” de ella. No te darás cuenta de que aprenderás los dieciséis tiempos verbales e impresionarás a los rusos con tu uso preciso de la gramática.
Y, por supuesto, practicar la expresión oral. Comunícate en las redes sociales o aprende ruso online por skype con un hablante nativo. Haz un curso de ruso y habla y habla. Olvídate de tu timidez y de tu miedo a equivocarte. Además, alégrate cuando te corrijan, porque los errores son un elemento importante del aprendizaje de calidad. Intenta no tomarte las correcciones como algo personal: lo bien que hablas no te describe como persona. Tampoco estás en la escuela: el propósito de la escuela era educar, no intimidar.
Asistir a clubes de conversación con hablantes nativos: es una gran oportunidad para poner en práctica lo aprendido en clase y comunicarse sobre temas interesantes en una lengua extranjera. La mentalidad de los europeos es tal que no se burlarán de ti (y menos como presentadores), ni se reirán. Sólo te corregirán o al menos te pedirán que hables con frases más sencillas. Tenga en cuenta que la velocidad del habla sólo refleja indirectamente su dominio del idioma.
Intenta practicar el idioma ruso con regularidad, preferiblemente todos los días y a una hora determinada, así educarás tu cerebro y tus reflejos mentales. Lo principal es fijar un objetivo, controlar constantemente su aplicación y creer en el resultado positivo. Seguro que lo consigues, y con el tiempo sentirás tu progreso.